Los medios de comunicación han adquirido un papel fundamental en la sociedad, ya que moldean las ideas de la época, refuerzan estereotipos, imponen modas y manejan la información. La cultura es producida y se puede entender desde la perspectiva de la economía política de la comunicación porque las industrias culturales siguen sus intereses individuales y buscan vender. Las fuerzas políticas que construyen la información en los medios, y que por ende crean la cultura, influyen en el desarrollo del mensaje. Los dueños de las cadenas mediáticas más importantes del mundo tienen la capacidad de moldear la agenda y las ideas. En el panorama de la economía, la información nos llega filtrada por las multinacionales de medios y por el poder de los anunciantes. La eficacia de una corporación para conseguir sus metas en el mercado se cumple porque las compañías tienen altos niveles de coordinación que incluyen: expertos, administrativos, reguladores federales, contactos en el gobierno, entre otros. Los gobiernos ya no tienen el poder e influencia que tenían sobre las corporaciones hace 50 o 60 años. Este sistema ha desplazado a los políticos desde el cargo de mayor autoridad, hasta una posición inferior.
El periodismo independiente ha cobrado mayor relevancia en los últimos años. Con la aparición del Internet y las redes sociales, la gente tiene más apertura para comunicar su punto de vista, escribir y compartirlo con otros. Si bien los medios están condicionados por los anunciantes, los periodistas independientes no obedecen a dichos actores. Intereses políticos y económicos ejercen presión sobre los periódicos y medios tradicionales, como la televisión y la radio. No obstante, la libertad de prensa se refleja en los nuevos medios como Facebook, Instagram, Twitter y los blogs, que se han desarrollado exponencialmente. Cualquiera puede dar su opinión, reportear, escribir e incluso compartir noticias de terceros agregado comentarios.
El poder adquirido por el ciudadano promedio rebasa los estándares que se planteaban hace unas décadas. Los medios tenían el cuarto poder, pero estos eran controlados por pequeñas élites con inclinaciones o preferencias políticas definidas. Así, encontrar medios críticos era trabajo difícil. En la actualidad, el panorama global se ha modificado y existe gran variedad de plataformas digitales que permiten la expresión tanto individual como colectiva. Aunque se podría pensar que la libertad de prensa permea todas las esferas sociales, la triste realidad es que el poder de la palabra se queda en unos pocos. Los grupos selectos, las élites, siguen dominando los medios y la opinión pública.
El periodismo independiente es una herramienta para luchar contra los monopolios de la información y la influencia directa de estructuras de poder. Pero debemos ser lo suficientemente sensatos para darnos cuenta que la libertad de expresión no es derecho universal, sino que por el contrario, es un lujo del que solo algunos gozan. Para que el periodismo independiente funcione, se debe tomar con la misma seriedad que el periodismo “tradicional”, aquel que hemos visto en los medios formales. Si se persigue la objetividad y transparencia, el lector podrá tener un acercamiento más certero a las noticias. A menos que se trate de un texto de opinión, el periodista debe intentar abordar la noticia con neutralidad, mostrando los hechos y dejando de lado los comentarios o juicios.
Los filtros personales son características que definen a cada individuo: bagaje cultural, religión, ideología, estándares morales, etc. El periodista, al igual que cualquier otra persona, tiene estos filtros y debe ser consciente de ellos para que no afecten su trabajo. Si refuerzan su manera de pensar y no se dan oportunidad para considerar otros puntos de vista, entonces continuarán por caminos delineados sin voltear hacia los cruces o las alternativas. El periodismo es un arte en sí, la posibilidad de informar y ser una fuente confiable para un público es un privilegio. El periodista independiente, entonces, debería ser capaz de tomar esta enorme responsabilidad en sus manos y aprovecharla de la mejor forma posible.
Monse Fábregas

El periodismo independiente es la esperanza de este oficio, mismo que, con el paso de los años se ha ido deteriorando por la razones que expones en tu texto. Más que ser neutral, siento que el periodista debe ser objetivo y tomar partido como líder de opinión. ¡Buen texto!
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